Las preocupaciones derivadas del trabajo, las dificultades económicas, cuidar de los hijos o de unos padres mayores, a veces el propio cansancio… Ciertamente algunas circunstancias de nuestra vida dificultan el tener una pareja como la que queremos (estable, apasionada, enriquecedora y evolutiva) aunque son connaturales al hecho –a la aventura– de vivir sin embargo, hay otras cuestiones que deberían ponerte en estado de alerta porque nada tienen que ver con “aquello natural” sino que provienen de otras fuentes y afectan directamente a nuestra capacidad para vivir en pareja.
Simplemente basta con que te formules algunas de estas preguntas y te respondas con sinceridad. Por ejemplo ¿Habitualmente dejas de hacer cosas que te divierten porque a tu pareja no le gustan? Cuando estás en pareja ¿Puedes ser tu mismo/a realmente o bien optas por cambiar tu manera de ser para mejorar la convivencia? Vivir en pareja ¿Te lleva a sentir que te sacrificas? ¿Soléis sumar entre los dos o cada uno va por su lado? ¿Mantenéis un buen nivel de comunicación y puedes expresar lo que realmente deseas? O incluso ¿Te satisfacen tus relaciones sexuales?
Si las anteriores respuestas te confirman que has encontrado a tu media naranja, enhorabuena; no todo el mundo tiene tu suerte pero, cuando no sea así, quizás te estés diluyendo debido a la pareja que has elegido y, más grave, estás dejando de ser tú mismo/a. También podría ser que ya te hayas resignado con tu actual pareja y estés cada vez con más apatía y menos ilusión. Y es como si cada día te apagases un poco. ¿Te suena?
Existen diversos escenarios de pareja que pueden albergar este tipo de relaciones: Quizás, efectivamente, seáis de esas parejas que nunca se enfadan ni discuten. Parece que todo es felicidad pero la relación no funciona. Haces un sacrificio por el otro sin decírselo, esperando que tu pareja se dé cuenta de que esto es un sacrificio para ti y haga algo a cambio… Y entonces crees que está en deuda contigo. Puede que no discutáis pero tampoco habláis de nada… O puede que no os comuniquéis desde la libertad ni os retroalimentéis. Probablemente hayáis perdido la ilusión por aprender cosas nuevas juntos. En cualquier caso, si alguna de estas circunstancias se da, la comunicación aunque esté presente, tampoco es sincera. Y sueles acabar pensando en aquello de: ¿Para qué voy a explicárselo si tampoco lo va a comprender? Se ha perdido la química, ¿verdad? Cuando estás en este punto ya es difícil distinguir qué es blanco y qué es negro, es difícil encontrar una solución así que, una alternativa es ver cual ha sido el recorrido es decir, preguntarte ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
Lo primero a tener en cuenta es que la suma de disgustos y sufrimientos que has ido guardando a lo largo de tu vida te han bloqueado energéticamente. Cuando esto ocurre, todo este dolor se queda dentro de ti y esto genera desamor. Por otro lado, no es ningún secreto que nuestra anteriores relaciones también pueden condicionar tu a relación actual. Las frustraciones, el dolor y los desengaños pueden provocar lo que denominamos un bloqueo de pareja que, a la postre, acabará minando el amor que pudiera haber entre vosotros y disolverá la pareja. Los ejemplos son muchos: Una persona que haya pasado por una infidelidad es fácil que en su nueva relación siempre esté constantemente tensa, vigilante; que revise las llamadas y los mensajes de móvil de su pareja. Muchas de las personas que han sufrido en una relación anterior acaban después queriendo sólo “hasta cierto punto” y buscan relaciones superficiales para no involucrarse emocionalmente… Y así no “vuelvo a sufrir”, creen ellos/as secretamente por dentro.
Lo peor de todo es que la mayoría de los bloqueos de pareja son claramente acumulativos y, al final, cuando ya son muchos, hacen que emitas una frecuencia de vibración que no se corresponde de ninguna manera con tu naturaleza real. Debido a esta acumulación de bloqueos, emites una frecuencia mucho más baja y esta circunstancia provoca que atraigas entonces, por afinidad, a personas de una frecuencia inferior a la tuya real. ¿Qué sucede entonces? Pues que después del enamoramiento, quizás te das cuenta de que a tu lado tienes a una persona problemática, superficial, egocéntrica y que te está llevando hacia una relación insatisfactoria y dolorosa. Y claro, como no te sientes bien con la pareja que tú mismo/a has atraído hacia ti, acabas acumulando más y más bloqueos de pareja en una espiral de la que no te es fácil salir.
Este tipo de bloqueos, por otro lado, también pueden acabar convirtiéndose en trastornos físicos. La energía mal canalizada de pareja suele quedarse estancada en el hígado y en la vesícula biliar, provocando inflamaciones, colesterol, piedras en la vesícula, transaminasas o problemas digestivos.
Si te sientes así, lo más adecuado es detenerse y preguntarte sinceramente “Hacia donde estás yendo con esta actitud” Piensa que, en el momento que tomes la decisión de corregir este bloqueo, tu vida empezará a funcionar y, cuando te hayas desbloqueado y hayas liberado todo tu pasado, podrás empezar de nuevo si es lo que realmente quieres porque entonces SÍ serás libre para elegir.
Una vez desbloqueado/a, tu nueva emisión vibracional atraerá a personas de tu misma frecuencia y conseguirás relaciones de pareja plenamente satisfactorias.